Cuando nos rendimos ante los pies de Dios, Dios nos toma de nuestra mano y nos dirije, se convierte en nuestra guía. EL no deja que nuestros pies den pasos inciertos sino que con Su palabra nos orienta y nos encamina para que tomemos el rumbo correcto siempre. Rinde tu vida entera ante Dios y El no dejará que des pasos que puedan hacerte fracasar. De hecho, mientras más dejamos que sea Dios El que nos dirija y tome control de todo en nuestro entorno, mejor viviremos porque TODO lo que Dios hace lo hace para el bien de los que le aman. Pon tu vida en manos de El que desea dirijirte con amor. Pon tu vida en las manos de DIOS.
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