miércoles, 25 de abril de 2012

Salto de fe


La verdadera belleza


Santificados




La santidad de una persona no yace en las obras perpetuadas para sentirse santo sino en la obra perfecta de Jesús en la cruz por lo cual somos por Su sangre justificados. La santidad es darse cuenta que es el Espíritu Santo quien nos santif
ica, haciendo que día a día seamos menos de nosotros y más de Cristo, haciendo que muera el "yo" y crezca El en mi. La santidad es apartar tu corazón, tu voluntad y todo lo que eres para Cristo sabiendo que solo en El puedes hacer todas las cosas y solo en El puedes entender cual es tu verdadera identidad como hijo. No somos nada sin El pero sabemos que hay promesas y herencia para los que son verdaderamente Sus hijos. Tal vez, muchos de nuestros pecados pudieran ser tan rojos como la sangre pero si aceptamos a Cristo como único Salvador esa sangre de Jesús nos blanquea tanto que quedamos resplandecientes delante de El, y por Su puro afecto somos enteramente limpios. Esto se llama santificación por medio de Su gracia y perdón.



"Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana." (Isaías 1:18)

Estuvimos ahí



Pensamos que no estuvimos ahí...


Que no tuvimos culpa de Su dolor, de Sus golpes, de Su llaga o de Su muerte. La realidad es que sí estuvimos ahí representados por cada uno de los que le hirieron, humillaron y fueron parte de Su muerte en la cruz. 



Cada pecado cometido es un látigazo, una herida, una burla... Cada vez que le fallamos es como si estuvieramos ahí mirándolo cara a cara sosteniendo los clavos y el martillo. Cada vez que obviamos lo que es El en nuestras vidas es simplemente vivir poniendo en poco Su sacrificio.


Sí, todos estuvimos allí presentes. Tal vez, no nos percatamos de ello pero la palabra así lo dice:


"Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca." (Isaías 53:3-7)


¡Lo hizo por todos nosotros! ¡Lo hizo por nuestra causa! 
Estuvimos presente...

martes, 17 de abril de 2012

Un ciego con fe (Parte 2)



"Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego
 le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino." (Marcos 10:49-52)



El arroja su capa posiblemente lo único que tenía para protegerse y cubrirse demostrando en acto de confianza que iba a dejar todo si era necesario por su fe en Jesús que se convertiría luego en su única y total cobertura ...Cuando Jesús hace el milagro le dice que su fe le ha salvado porque nuestra fe es contada por justicia delante de Dios. 


"Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia." (Génesis 15:6)


Este hombre pudo irse despúes de hecho el milagro pero dice la palabra que este le siguió demostrando la transformación milagrosa no solo en lo físico sino en lo espiritual, era ciego física y espiritualmente y tuvo esa fe como don de Dios (Efesios 2:8-9) para creer en quien pasaba cercano a él, creía que Jesús tenía poder para desatar y hacer un milagro en su vida. 



Ahora Bartimeo, ¿que veía? Veía en ese instante aún siendo ciego a Jesús con poder para sanar y así por esa fe El lo sanó, él creyó de antemano por fe aunque trataron de silenciarlo él sabía que solo Jesús podía quitarle sus dos cegueras completamente y como vio a un Mesías sin dudar y sin miedo antes de ser sanado, pudo ver luego la mano de El obrar en su favor. 


¡Solo por fe! 


Y por esa fe en El Bartimeo le demostró agradecimiento y confianza pues le siguió dejando todo atrás; queriendo decir, que no solo creyó sino que se convirtió en seguidor y discípulo para aprender de lo que Jesús deseaba mostrarle poniendo como prioridad a Jesús y Sus enseñanzas. 


¡Suelta tu capa (todo lo que uses ahora para cubrir tu dolor o pena, todo lo que uses para tratar de rellenar vacíos, toda cosa que sirva de cobertura pasajera como cosas materiales sin valor que no pueden llegar al espíritu) suelta tu capa ahora en confianza, el Mesías pasa delante de tí, ten fe aunque se levante oposición confía, cree en Su poder y síguelo! ¡El quiere ser tu cobertura eterna! ¡Sólo CREE!


"...Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa." 
(Hechos 16:31)

Un ciego con fe (Parte 1)



Si te dijera que Jesús está pasando por aquí, ¿qué harías?, ¿qué dirías?, ¿le hablarías?,¿te callarías?, ¿le pedirías algo? o simplemente lo dejarías ir de paso... Muchas veces vendrán obstáculos para que nuestra fe sea probada... ¿Qué hubi
ese pasado con Bartimeo el ciego si se hubiese quedado callado?



"Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: !!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: !!Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino." (Marcos 10:46-52)


¡Cuando te digan que tus peticiones son ilusas clama más fuerte a Dios, tu fe será recompensada!

lunes, 16 de abril de 2012

miércoles, 11 de abril de 2012

No estás solo en este momento...


¿Amaneciste triste y con el corazón quebrantado? El dolor te abate y tal vez nadie puede darse cuenta del mismo. Esperas una palabra de aliento y amor que nunca llega pues los que te rodean no la emiten. Desconocen la magnitud de tu quebran
to porque por más que intentas sonreir la tristeza te abraza y el llanto te cubre en la soledad. Hoy te comparto una promesa y verdad para tí, mientras mayor sea tu dolor en el corazón más seguridad puedes tener en la cercanía de Dios en tu vida porque Él nos ama demasiado y nunca abandona a quienes en silencio sufren. El conoce la voz de tus dolores y quiere sanarte tu corazón herido y alivianar el proceso que atraviesas. Salmo 34:18 es la promesa que garantiza la cercanía de Dios en tu vida y si Dios cerca lo tienes todo, TODO porque El es la fuente innagotable de amor, misericordia, bondad y bendición.  

sábado, 7 de abril de 2012

La puerta que Dios abre



Dios siempre abre puertas poco convencionales para que pasemos al otro lado seguros. Si quieren una muestra solo lean en la Biblia la puerta que le abrió al Pueblo de Israel: el Mar Rojo. De nosotros queda cruzar por la puerta que El nos ab
re sin dudar porque para otros parezca incorrecta, riesgosa o temerosa. 


Quizás hoy será que puedas atravesar la puerta que Dios te abre sin temor a todo lo que del pasado venga a perseguirte. Es que la puerta se abrió solo para el Pueblo de Israel, de esa misma manera se abrió solo para tí. Los problemas, dudas, inseguridades, temores, personas fuera de la voluntad de Dios para con tu vida quedan atrás porque la puerta se cerrará tan pronto tu termines de cruzarla. Si El abrió la puerta te sostendrá y ayudará mientras la cruces y despúes de cruzarla. Estas en transición pero Dios que es fiel sabe que debes dejar atrás para avanzar, y El mismo a decidido ayudarte en el proceso.

"Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre." (Apocalipsis 3:8)

jueves, 5 de abril de 2012

El bastón



—Ellos no me creerán, ni tampoco me harán caso —contestó Moisés—. Al contrario, me dirán: “El Señor no se te ha aparecido.”



—¿Qué es lo que tienes en la mano? —preguntó el Señor.



—Un bastón —contestó Moisés. 
(Éxodo 4:1-2) (DHH)


Pensamos que no nos creerán, que muchos dudarán de lo que Dios ha mostrado, revelado o enviado a hacer pero Dios nos pregunta hoy como le preguntó a Moisés: ¿qué tienes en la mano? ¿Qué tenemos en nuestras manos que tomamos en poco pero que Dios nos ha dado para de ese poco El hacer algo glorioso?, ¿qué tienes en la mano que si lo sueltas a la disposición de Dios, Dios pueda usarlo de manera que muchos crean en el poder de El? 
Un simple bastón tenía Moisés pero con ese mismo bastón fue dividido el Mar Rojo en dos, con ese mismo bastón Dios se glorificó libertando al pueblo entero de Israel de sus enemigos. Y no, la gloria no es para el bastón como herramienta, ni tan siquiera para Moisés que lo usó, la gloria es de Dios que hace cosas maravillosas y grandiosas con lo simple...
Tal vez en tus manos solo tengas algo que parezca tan insignificante como el bastón de Moisés... Reflexiona en todo lo que Dios hizo cuando Moisés puso el bastón en la total disposición de Dios. 
¡Usa lo que tienes para El y El se glorificará en todo lo que hagas!

En Sus brazos estás protegido(a)



Cuando sientas que ya no puedas más y que las circunstancias son demasiadas no dejes que tus lágrimas nublen tu vista para que puedas ver quien siempre te carga...  

martes, 3 de abril de 2012

Solo El pudo hacerlo



El precio fue por tí y por mi. Nadie, nadie pudo ser tan justo, tan santo, tan perfecto, tan a la medida del Padre Dios como para poder tomar ese lugar. Ninguna obra, ninguna ley, ningún ritual pudo ser demasiado perfecto como para redimirnos de la paga del pecado. Tuvo que venir UNO ese UNO se humilló en lo sumo. Sirvió de sacrificio completo, perfecto, intachable para que todos nuestros pecados fueran clavados completamente en la cruz, en intercambio recibimos Su sangre que nos cubre, nos limpia, nos redime, nos justifica, nos sirve de expiación de nuestros pecados. Nadie pudo hacer, nadie podrá hacer lo que hizo el Cordero de Dios. Nadie necesita completar un acto que ya es completo. Solo El podía hacerlo, y lo hizo por tí y por mi. Tan solo si le aceptas, tan solo si aceptas ese sacrificio de entrega total de amor, haz de recibir el premio de la salvación eterna. Y esto es un regalo hecho por su puro afecto. Dios se humilla en lo sumo para ir donde te encuentres, extenderte Su mano de amor y mirarte con ojos de misericordia para que puedas sentarte conjunto a El en lugares celestiales. La bondad de El nunca será excedida por la del hombre por eso nada que hagas o digas podrá salvarte solo el hecho de que te arrepientas de tus pecados y le aceptes... Porque si fuesemos a justificarnos por obras en vano fue que murió Jesús. No demos ese sacrificio en vano, porque El lo hizo por tí y por mi... #TomaEnCuentaSuSacrificio 
#ElMomentoEsAhora

(Efesios 2:5) 
"aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)"

(Gálatas 2:16)
"sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley NADIE será justificado" 

(Efesios 2:8-9)
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."

(Gálatas 2:21)
"No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo" 

(Hechos 9:13-15)
"Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna."

La regla



La regla para medir es la palabra de Dios pero quien único nos mide es Él, sin olvidar que a través de Él contamos con un único Mediador, con un Abogado que por la sangre derramada en la cruz nos justifica. Todos nuestros pecados fueron traspasados a Jesús, y Él los dejó clavados en la cruz, en ese intercambio Él nos devuelve como regalo Su salvación, Su justificación. 

Cuando aceptamos a Cristo Dios no ve el pecado que separa sino que ve a Jesucristo como puente que nos une a Él. Ya no hay velo divisorio ahora nos podemos acercar a Dios por medio de Su Hijo. Él sabía que ninguno podía llegar a la medida de Dios por lo que nos proveyó un medio perfecto, intachable y único para poder ser justificados y no condenados.

El aceptar a Cristo nos hace Sus hijos y si hijos coherederos, y si coherederos justificados, porque así como resucitó Jesús fuimos resucitados a una nueva vida junto a Él. Ahora es Jesucristo el que vive en los que le aceptan y es el mismo que nos justifica. La gracia de Él nos empapa y nos cubre a través de Su preciosa sangre que redime, purifica y libera. Su misericordia se hace sentir en cada nuevo día. ¡Grandioso, perfecto y completo regalo! ¡Recíbelo!

"Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él." 
(Juan 3:16-17) (DHH)

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."
(Efesios 2:8-9) (RVR)

"Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios." 
(Juan 1:12) (DHH)

"y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí." 
(Gálatas 2:20) (DHH)