jueves, 22 de septiembre de 2011

Sin las murallas de la incertidumbre y temor


"Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. Ese amor se manifiesta plenamente entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza, porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús. En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor." 
- 1 Juan 4:16-18



La incertidumbre impide tener tranquilidad durante las etapas que atraviesas en tu vida. Dios quiere que entiendas algo, y es que debes confiar que lo que Él está haciendo es mucho mejor que lo que tu mente imagina y tu corazón desea. Por tanto, tranquilos en Él. Recuéstate en paz sobre la promesa de que todo lo que Él haga es para tu bien.



Pues aunque no entiendas los procesos que atraviesas ten en cuenta que quien debe entenderlos en este momento, y lo hace perfectamente es Dios. Él sabe cómo procesarte para que al final seas justamente lo que Él idealizó de tí desde antes que fueras concebido. La obra que comenzó en tí Él es fiel en completarla para glorificar Su nombre a través de tu vida y de todo lo que eres.



Es que Dios desea restaurar y hacer cambios en tu vida pero a su vez es un Dios caballeroso pues Él desea que le permitas trabajar en tí. Muchas veces el cambio no lo vemos concretado en nuestras vidas porque nosotros mismos lo detenemos. Es tiempo de dejar que Dios trabaje libremente en nosotros sin peros, excusas y sin pretextos humanos, sin miedos, incertidumbres o dudas. Dios quiere restaurar cada parte de tí y de tu vida incluyendo esas partes que tratas de ocultar como si Él ya no las conociera. Entrega esas partes a Él para que seas procesado en Su misericordia y amor ya que Él conoce de antemano todo lo que es necesario trabajar de tí pero desea que en un acto de confianza entregues esas partes es ahí donde das un acto de fe absoluta al desprenderte en los brazos de Él.


En ocasiones, levantamos murallas para proteger nuestra alma y son esas mismas murallas las que nos alejan de la bendición de Dios. Por encima, de las murallas del orgullo, altivez o las del miedo, temor, e incertidumbre Dios ha de trabajar. Esas murallas no son tan altas como para que Dios pueda quebrantarlas con todo Su poder. Permite la entrada de Dios total a tu vida para que restaure cada espacio de tu alma y puedas libremente vivir la vida que Dios desea para tí: sin murallas y sin ataduras. Dios quiere que vivas en Su amor y en Su gracia libre de incertidumbres, dudas y temores. 

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