No olvides tu identidad como hijo(a) de Dios. El enemigo desea que no recuerdes esto para que también olvides cuales son las bondades al llamarte hijo(a) de un Rey. Eres bendecido(a) con toda bendición otorgada de parte de tu Padre Celestial. No cedas tu posición, no olvides tu encomienda, mucho menos olvides cual es tu herencia
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