sábado, 24 de diciembre de 2011

¡Regocijaos!



No se si puedas transportarte a ese momento pero quiero que sepas que fue real. Imagínate tú en un pueblo pobre y humilde, pasando opresiones de un Rey tírano y abusivo, tú un pastorcito de ovejas, o tú una mujer buscando agua en el pozo, y de repente, esta estrella deslumbrante iluminando una parte del cielo. Pareciera que la luz se enfoca en un pésebre lejano, escuchas voces, sí, voces de júbilo y una voz te dice: ¡Regocijaos, regocijaos! ¡A nacido Su Salvador!. Vas corriendo hacia donde la estrella ilumina porque esa voz potente así te indica, y encuentras en un pésebre envuelto entre pajas, a un bebé recien nacido. Esta pequeña criatura es la promesa que se había profetizado de un Mesías Salvador de la humanidad. Frente a tí tienes a Tu Rey y Salvador...el de la promesa... Puedes tocarlo, verlo y hasta escucharlo respirar, está frente a tí. ¡Qué cosa harías,si no fuese adorarlo y celebrar porque ha nacido El que promete liberarte y salvarte! ¡Regocijaos, regocijaos! Esto es la verdadera Navidad.

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