Dios tiene un orden para todo. Cuando en ese orden El es el primero y nuestro único enfoque, todo lo demás fluye en el orden divino. Entonces es cuando realmente vemos las añadiduras llegar. Ama a Dios primero, ámalo con corazón sincero, ámalo no por las añadiduras sino simplemente porque El es Dios; ámalo y entrónalo en todo nivel de tu vida, y en todo lo que lo coloques en primer lugar verás la mano de El obrar hermosamente. Esa es la verdadera manera de vivir...
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