No importa cuantos obstáculos, oposiciones o adversidades puedan presentarse delante de tí cuando Dios ya te ha dado una palabra y tienes convicción en tu ser, cada uno de esos obstáculos, oposiciones y adversidades en su momento serán removidos de la propia mano de Dios para El glorificarse.
No hay victoria si no hay una lucha y no hay galardón si no se esfuerza uno por el mismo. Esta carrera se corre a diario por fe y quienes no corren en la ruta correcta por temor a los obstáculos nunca podrán cruzar la meta deseada y de cruzar la meta es que se trata. Y esto solo se logra por medio de Jesús que es el único camino correcto y perseverando en fe hasta el fin.
"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas." (Josúe 1:9)
"No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." (Filipenses 3:12-14)
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