Un mar dividido, para unos locura y para el pueblo de Israel fue su única escapatoria de los egipcios y el Faraón.
Un arca construída en muchos años, para unas personas que no habían visto lluvia era locura, pero para quien le fue dada la visión en obediencia a Dios construyó. Y luego el diluvio, el que lee la Biblia sabe el resto de la historia, y quienes sobrevivieron.
Una mujer como Ester decidida a hablar con el Rey para recibir el favor de él, para ese tiempo locura, porque pudo haber sido asesinada pero fue esa acción la que libertó a su pueblo entero de una sentencia de muerte.
Una mujer como Ruth, prefirió abandonar su territorio, casa y costumbres en una expresión de fidelidad, y encontró la bendición en otras tierras, para unos locura dejar lo que conocía pero para Dios fue el traslado necesario para que ella encontrara el lugar en donde le fue otorgada su bendición, y fue bendita ella y toda su parentela.
Para muchos que tienen la visión limitada, lo que otros hagan puede parecer locura, pero cuando Dios le da una visión específica a alguien esa persona por obediencia camina sabiendo que Dios lo está llevando hacia su bendición aunque el trayecto parezca ilógico, inusual, o no sea la opción preferida por el público en general.
Entendamos, que la visión fue dada a una persona y es ella quien la acata en obediencia. Aprendamos a respetar cuando alguien camina en la visión de Dios, solo el tiempo logrará demostrarles lo que Dios venía haciendo en lo que para los espectadores parecía algo ilógico. Si Moisés hubiese prestado oído a todos los que hablaron negativo sobre lo que el venía haciendo (inclusive familiares), si Josúe y Caleb hubiesen sido eco a reportes negativos, si Nehemías hubiese escuchado a los profetas que hablaban por sí mismos infundiendo temor, ¿qué hubiese pasado?
No metas tu mano ni tu boca donde Dios ha puesto una palabra que está en proceso de cumplimiento.
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