domingo, 9 de octubre de 2011

Guerrero(a) de Dios



Guerrero(a) de Dios, busca tu escudo y armadura, ¡úngela! Ungela cuantas veces sea necesario pues la batalla aunque pareciese fuerte es Dios quien la liberta por tí. Tu escudo y armadura es la fe, la oración y la adoración. Contra estas cosas el enemigo no puede ser triunfador. Vencedores somos, porque Dios ya vencío por tí y por mi. Ahora, unge tu escudo nuevamente, sal con la seguridad y confianza que Dios pondrá debajo de tus pies a todos tus enemigos. El enemigo te odia y eso significa que marcado(a) eres por Dios con amor y esa identidad que tienes como hijo(a) de Dios te da autoridad delegada para pisotear lo que no pertenezca y estorbe al Reino. ¡Las fortalezas del enemigo caen ante la voz de los ungidos de Dios! ¡Bendiciones!

No hay comentarios: