viernes, 4 de noviembre de 2011

La obediencia



Cuando Dios da palabra es para que la obedezcamos al pie de la letra. Sin quitar ni añadir y sin suponer que nuestro criterio es mejor que el de El. Muchas de las bendiciones que Dios desea darnos no se concretan en nuestra vida no por que El no pueda hacerlo sino porque nosotros desobedecemos a El. La fidelidad a Dios y a lo que El nos dicta es meritoria para avanzar en este caminar sino nos quedaremos en el mismo lugar. Yo quiero andar al ritmo de El no al ritmo que dicte mi criterio o voluntad. ¿Por qué esclavizarme a la obstinación que lo que hace es atarme? ¿Por qué sostenerme de personas que no se sostienen de Dios? Sujetarse a Dios en obediencia es el primer principio para llegar lejos. 

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