Muchos de ustedes sienten vergüenza, culpa, o temor de acercarse a CRISTO. Ese sentir de que no merecemos nada de Él por nuestra condición de pecado. Si bien es cierto que nadie merece nada de DIOS por la condición pecaminosa del humano, nos amó Él tanto que envió a CRISTO para que los que creamos en Él, pudiesemos ser perdonados, liberados, transformados, purificados y justificados. CRISTO nos hace una invitación, un llamado: " Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar." (Mateo 11:28)
La invitación es extendida con amor para tí que te sientes cansado(a) de la carga de una vida de pecado, de una vida alejado(a) de DIOS, de una vida vacía, de una vida de desconsuelo, de una vida de apariencias, de una vida de tristeza, de una vida de vicios, de una vida de abandono, de una vida de soledad, de una vida de maltrato, de una vida de huir de lo bueno, de una vida de sentirte menos... CRISTO quiere libertarte de esas cargas y darte de Su paz y consuelo para que reposes en Su verdad. ¡Él quiere que escuches Su voz y llegues a Sus pies!
¡Llega como estes pero no te quedarás como llegaste porque tu vida CRISTO cambiará!
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