jueves, 31 de marzo de 2011

La humildad


“Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu”-Proverbios 16:18

Seamos humildes siempre y evitemos la altivez y la soberbia para que Dios no tenga que reprendernos y que caigamos de los sitiales en donde El desea que estemos siempre. Dios desea que tengamos una vida feliz y que estemos bien, así como que disfrutemos de bendiciones a granel. Muchas veces nosotros mismos somos los que provocamos un pare en el flujo de estas bendiciones, un cese y desista, por la falta de humildad, y es de esta manera que perdemos cosas en nuestra vida. Son esas las caídas de las cuales se nos habla en Proverbios 16:18. La caída para aquellos que dejan que la soberbia, el orgullo, la pedantería, la altivez y el ego les domine su vida es inevitable. Dios no se deleita de este tipo de actitudes. Jesús mismo nos exhorta a que lo imitemos a El, El fue un ser de corazón manso y humilde.

Nos dió El Su ejemplo para que aún siendo quienes fueramos, teniendo lo que tuviesemos fueramos humildes con el prójimo, y no solo con el que nos ama sino también incluso con nuestros enemigos. Comencemos a desechar estas cualidades poco productivas de nuestras vidas antes de que tengamos una caída o quebrantamiento que nos recuerde que solo dependemos de Dios y que a El le debemos servir como siervos humildes. La soberbia, desagrada grandemente a Dios, si buscamos agradarle en todo, comencemos por deshacernos de las actitudes que nos intóxican el alma y que pueden ocasionar una caída lamentable.

¡Seamos humildes en todo lo que hagamos y en todo lo que decimos! ¡Hoy empecemos por entregarle en oración esa actitud de soberbia, altivez, orgullo o ego en manos de Dios para que Dios moldee continúamente nuestro carácter! ¡Seamos más como El!

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