Hay caminos que parecen tenebrosos y oscuros, pensamos que la luz nunca llegará a alumbrarnos. Es en estos que nuestra fe se pone a prueba y es cuando más debemos delegar todo en la guía de Dios agudizando nuestros sentidos para poder escucharlo y pasar por donde El quiere llevarnos para alcanzar esa luz. Caminemos al otro extremo, sin miedo solo atentos a El... ¡Llegaremos!
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