Cuando piensas que ya Dios nada puede hacer contigo o por tí es olvidar que Dios nunca se rinde contigo hasta ver concretado en tí el diseño que tiene destinado para tu vida. La obra que Él comenzó ha de terminarla, cumplirla y concretarla. Una humanidad entera puede rendirse contigo, tú mismo puedes rendirte pero nuestro Dios no se rinde. ¡Él lo hará!
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