jueves, 6 de octubre de 2011

No te esclavices al amo incorrecto



“¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia” 


-(Romanos 6:16-18)


Hoy día hay muchas cosas que pasan por desapercibidas para el ojo humano tal vez por falta de conocimiento o por realmente ignorar las maquinaciones del enemigo. Estamos en unos tiempos en donde la pasividad se ha inculcado hasta dentro de los templos, el enemigo no se menciona, no se habla de sus maquinaciones porque ciertamente, está derrotado. Si bien es cierto que el enemigo está debajo de nuestros pies, no podemos obviar las maquinaciones de este y la forma en que el trata de encadenar y atar con conductas incorrectas a los hijos de Dios.

Sí, hablo en este tema de las ataduras. Pudiese parecer un tema que no debiésemos tocar porque hay un miedo colectivo inculcado a hablar de lo que el enemigo puede perpetuar pero la realidad es que hay que hablar de este tema pues es la estrategia preferida de este para mantenernos cautivos. El enemigo desea quitarte la libertad de adorar a Dios y desea desviar tu foco de atención de Dios. El siempre ha tenido el deseo desenfrenado de ser el número uno en la vida de todos, quiere ser entronado en tu corazón y convertirse en el rey de tu vida y actos.

El problema radica cuando por subestimación ignoramos las formas que este usa para hacernos tropezar. ¿Haz sentido que se te hace pesado adorar últimamente? ¿Tienes tu enfoque puesto meramente en las cosas materiales de esta tierra? ¿La situación en tu casa se ha puesto tan prioritaria que ya no hay tiempo ni de ir a la iglesia a recibir palabra de Dios? ¿Tienes tanto trabajo en el diario vivir que leer la Biblia ya queda en un punto secundario pues el cansancio no te lo permite? Tengo que decirte que si ciertamente estás pasando por estas experiencias hay algo que ya está el enemigo haciendo y es robándote el foco de atención, distrayendo tu mente con muchos asuntos que pareciesen importantes pero comparativamente con Dios son triviales para que no sigas creciendo y madurando espiritualmente como Dios desea.

Quiero que entiendas que no hay nada de malo en ser una persona trabajadora, responsable con la familia y que se preocupe por tener las cosas necesarias para subsistir. No, no hay nada de malo en eso, el problema es cuando estas cosas se convierten en cosas que tu entronas en tu corazón y se vuelven tan importantes que hasta no tienes espacio ni tiempo para Dios. Es ahí, donde estás precisamente cayendo en una trampa sutil del enemigo. Estás atándote a gente y cosas para ser feliz y obviando que la única fuente verdadera de felicidad es Dios. Al atarte a estas cosas al punto de delegar a Dios en segunda, tercera, cuarta posición, y en el peor de los casos: "si tengo tiempo" es meramente darle la victoria al enemigo y cederle tu vida a este.

¿Y que hay cuando lo que te ata es la reincidencia en el pecado? Cuando estamos constantemente teniendo estas luchas entre hacer el bien y hacer el mal, y tendemos a caer en el mal. Esto es sinónimo de ataduras al pecado. Estas batallas son producidas porque todavía hay áreas de nuestras vidas en las que no hemos permitido que Dios se enseñoree de nosotros. La lucha en contra de las tentaciones que nos lanza el enemigo está en la resistencia, y resistimos usando efectivamente la palabra de Dios como escudo y como espada. Escudo para protegernos de las tentaciones y cubrirnos, y lanza para atacar cuando debemos atacar en lo que pareciese una guerra espiritual por nuestra alma. Pues la palabra de Dios es viva y eficaz, es por eso que el enemigo desea que no tengas tiempo para leerla o recibirla para que así no tengas las armas adecuadas para combatir sus maquinaciones.

¿Cómo podemos liberarnos de todo tipo de desenfoque de Dios y de ataduras pecaminosas? Nos liberamos sometiéndonos a un proceso de genuino arrepentimiento frente a nuestro Dios, confesando nuestros pecados (mencionando los que conocemos y dejando claro que perdone los que desconocemos haber cometido en algún momento), pedir en oración por liberación, sanación y restauración espiritual, no ore solo sino que busque apoyo y cobertura espiritual, vaya donde un líder en su iglesia o consejero espiritual maduro de la misma y deje saber cuáles son sus luchas para que este ore por usted también. Luego que comiences este proceso irás reconociendo la importancia de tener comunión e intimidad con Dios para que este vaya tomando control de tu vida entera. Esto es necesario para que puedas participar de las bendiciones de Dios conociendo a Tu Padre Celestial de manera íntima y cercana, esto no ocurre si tienes tu enfoque puesto en otras cosas. Necesitas tus ojos puestos en el Consumador de tu Redención, en tu único Rey Libertador.

No permitas que nada que no sea solamente Dios sea entronado en tu corazón puesto que estarías esclavizándote a estas cosas. El no desea que caigas en la idolatría espiritual. Dios desea que seas completamente libre para adorarlo, alabarlo y servirle solo a El. Lo demás, merece otro sitial que no sea el prioritario en tu vida porque el trono solo se lo merece Dios. ¡Permite que Dios rompa con las ataduras del desenfoque y el pecado ahora! ¡Eres servidor(a) de justicia no esclavo(a) de lo malo! ¡Recuerda tu identidad como hijo(a) de Dios siempre y actúa de acuerdo a esta!

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