jueves, 8 de marzo de 2012

¿Hay falta de perdón en tu vida?



¿Piensas que aquellos que te hicieron un mal deben venir donde tí y pedirte perdón? Muchas veces pensamos que quien erró, nos lastimó o hirió tiene por obligación que venir donde nosotros y pedirnos perdón. 
Dios trabaja de maneras misteriosas y sigue trabajando en nuestro carácter para hacernos más como El con los frutos reales del Espíritu Santo. 


A modo de compartir testimonio, hubo en un momento de mi vida una persona que me difamó, hizo que otros me difamaran y rumoraran en mi contra, me imputó acciones que nunca cometí y palabras que nunca dije. Esa persona terminó alejándose bruscamente de mi.

Un día decidí pedirle perdón, me dirán, ¿por qué le pides perdón si nada malo hiciste en su contra, no es incriminarte o aceptar culpabilidad? Les diré que no, eso es demostrar que no hay orgullo, que no hay soberbia, que no hay vanidad, que puedes ir en mansedumbre y preferir pedir perdón aunque quebrante tu orgullo por aquello de salvaguardar una amistad, una hermandad, una persona que desees en tu vida. 

Hoy por hoy, la persona es una de mis amistades y permanecemos con una amistad genuina a pesar de ese incidente. Eso hizo que reconociera que estaba mal y a su vez me pidiese perdón en un momento, cambiando todo el panorama pues demolimos las murallas del orgullo y la soberbia. 


Este es el día de liberarnos del peso de la carga de los rencores, de esas amarguras que nos intóxican tan solo a nosotros y no nos permiten avanzar. Si alguien te hizo algo malo, ¿por qué no vas donde esa persona y le pides perdón tu hoy? ¿no es eso realmente amar al prójimo como a tí mismo? Amemos de corazón y amemos con acciones. Verás el cambio que ocurrirá en tu vida cuando aprendes en mansedumbre y humildad a soltar el peso del rencor... Quien perdona será perdonado, porque el perdón se da pero también se necesita.

"Entonces Pedro se acercó y le dijo: -Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: -No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete." 

(Mateo 18:21-22) 

"Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnia, junto con toda maldad. Más bien, sed bondadosos y misericordiosos los unos con los otros, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo." 
(Efesios 4:31-32)

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