El precio fue por tí y por mi. Nadie, nadie pudo ser tan justo, tan santo, tan perfecto, tan a la medida del Padre Dios como para poder tomar ese lugar. Ninguna obra, ninguna ley, ningún ritual pudo ser demasiado perfecto como para redimirnos de la paga del pecado. Tuvo que venir UNO ese UNO se humilló en lo sumo. Sirvió de sacrificio completo, perfecto, intachable para que todos nuestros pecados fueran clavados completamente en la cruz, en intercambio recibimos Su sangre que nos cubre, nos limpia, nos redime, nos justifica, nos sirve de expiación de nuestros pecados. Nadie pudo hacer, nadie podrá hacer lo que hizo el Cordero de Dios. Nadie necesita completar un acto que ya es completo. Solo El podía hacerlo, y lo hizo por tí y por mi. Tan solo si le aceptas, tan solo si aceptas ese sacrificio de entrega total de amor, haz de recibir el premio de la salvación eterna. Y esto es un regalo hecho por su puro afecto. Dios se humilla en lo sumo para ir donde te encuentres, extenderte Su mano de amor y mirarte con ojos de misericordia para que puedas sentarte conjunto a El en lugares celestiales. La bondad de El nunca será excedida por la del hombre por eso nada que hagas o digas podrá salvarte solo el hecho de que te arrepientas de tus pecados y le aceptes... Porque si fuesemos a justificarnos por obras en vano fue que murió Jesús. No demos ese sacrificio en vano, porque El lo hizo por tí y por mi... #TomaEnCuentaSuSacrificio
#ElMomentoEsAhora
(Efesios 2:5)
"aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)"
(Gálatas 2:16)
"sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley NADIE será justificado"
(Efesios 2:8-9)
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe."
(Gálatas 2:21)
"No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo"
(Hechos 9:13-15)
"Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna."
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