jueves, 31 de mayo de 2012

Entierra el YO




¿Por qué la muerte al "YO" duele? Porque nuestra humanidad carnal se siente que debe hacer un velorio ante lo que muere. Si hay algo que te aparta de Dios que debas enterrar, ¡NO LO VELES, ENTIERRALO Y YA! No podemos hacerle duelo a lo que
desagrada a Dios, mejor celebremos que estamos en un proceso de una muerte en nosotros que conlleva de resultado la VERDADERA VIDA y un acercamiento en intimidad con nuestro amado Padre. Qué muera siempre tu "YO" para que brote más DIOS en ti.



#EntierraEseMuerto

Por AMOR


El lo hizo por amor... solo por puro AMOR... 

Juan 3:16

Si no sabes lo que dice lee detenidamente e internaliza estas palabras:

»Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna.

#CreeEnJesús

Se trata de El


Reparte AMOR



Si te haz levantado hoy es tiempo de agradecer y honrar a Dios por un día más de vida. Haz un ayuno de quejas y de lamentos; llena tu boca de adoración y agradecimiento al Rey. Luego, comienza a comer del pan del amor, el mismo que debes re
partir con todo el mundo. La repartición del amor no es solo con algunos, sino con TODOS inclusive hasta con aquellos que se autoproclamen tus enemigos. Recuerda que estos que albergan odio y rencores son los más que necesitan conocer el AMOR de DIOS.

¡Sonrie y presenta con tus actos siempre una proyección de Cristo en ti!

"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas." (Mateo 22:37-40) (RVR1960)

"Pero ahora yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los maltratan. Así demostrarán que actúan como su Padre Dios, que está en el cielo. Él es quien hace que salga el sol sobre los buenos y sobre los malos. Él es quien manda la lluvia para el bien de los que lo obedecen y de los que no lo obedecen." (Mateo 5:44-45)(TLA)

Llenura de paz


¿Por qué a nosotros los humanos se nos hace difícil encontrar paz en un lugar? Porque simplemente no es el lugar el que te da la paz, la verdadera paz está en Cristo y si tienes a Cristo no importa lo que encuentres a tu alrededor sentirás 
la paz que rebasa todo entendimiento. No necesitas un lugar para recibir de esa paz, ahí mismo en donde estás Dios puede arroparte de Su shalom (paz y bienestar) si así se lo pides; porque El está en todas partes y accesible a todos los que desean recibir lo que El siempre da en derramamiento sin límites. #PidePazHastaQueReboses

Las piedras


Para cada gigante hay una piedra que puede ser lanzada con la honda de fe que desata atinadamente el poder de Dios para derribarle.

Esto es de valientes...


"Desde que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él."
(Mateo 11:12) (TLA)

¡Cuidado con las hienas!



Hay alguien en la expectativa de tu fracaso. Muchos observando silenciosamente con ansias de verte en el suelo. Sí, sí... Son las hienas espirituales. Estas son las que vienen como enviados del enemigo a devorar tu fe como si fueses presa para ellos. Cuando muestras una debilidad o te ven en situaciones difíciles, estas están prestas para tratar de aniquilar tu fe. Son los que llegan con mensajes y reportes desalentadores. Son los Tobias y Sanbalat de esta generación. Son los que te contaminan el oído con frases como: "Yo creo que no podrás..." "yo creo que no es el momento...", "yo pienso que estás erróneo(a)...", "no creo que Dios te hable de esa manera o se manifieste de esa forma"... Son los mayordomos de la palabra negativa. Ay Santo!!!! Mira cuando lleguen a donde tí a servirte ese plato de negatividad, te tengo una receta para ellos... Vas a mirar al cielo y vas a clamar de esta forma como hizo Nehemías: "...¡ahora, pues, Oh Dios fortalece tú mis manos!" (Nehemías 6:9) para que pueda terminar la obra y estos sean avergonzados, y fijamente luego los miras y le dices tal como envio a decir Nehemías a esos desalentadores: "...no hay tal cosa como dices, sino que de tu corazón tú lo inventas. " (Nehemías 6:8)

miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Sientes temor?



Seamos sinceros. ¿Cuántos de nosotros en algún momento hemos sentido un miedo inexplicable al fracaso? Sin antes intentar o atravesar una situación, ya estamos haciendo pronósticos negativos, conjeturas de posibles escenar
ios adversos y permitimos que la ansiedad se apodere de nosotros. Pero, la realidad es que el temor, el miedo y esa ansiedad no proviene de Dios. Dios es un Dios de paz, de tranquilidad. Esto no quiere decir que si atraviesas algún tipo de proceso en el que sientes miedo o temor, carezcas de Dios, NO, no quiere decir eso, lo que quiere decir es que no haz reconocido tal vez en tu humanidad el poderío de Dios sobre tu vida y toda circunstancia a tu alrededor. Ahora mismo, las circunstancias podrían parecer totalmente adversas un cuadro catastrófico para tu vida, y tal vez en los muchos no encuentres nadie con una palabra que contradiga el escenario adverso que ves con tus ojos, y yo en esta hora te exhorto a que si aún nadie te diera un pronóstico positivo ante tus situaciones busques en la palabra de Dios las promesas de El que son fieles, concretas y duraderas... Estas promesas te ayudarán a cambiar esos pensamientos de temor, miedo e inseguridad por unos pensamientos de bien, de paz y de seguridad, porque veremos en la Biblia como en cada situación El aún cuando ya las personas dejaron de creer en El, El no dejó de demostrar Su poderío haciendo un milagro sobre esas vidas. Su bondad se extendió siempre sobre todos, aún sobre los que eran ambivalentes en su fe. Sabemos que el miedo al futuro puede ser algo paralizante, es la estrategia que usa el enemigo para inmobilizarte para que no avances pasos necesarios. Mi pregunta es esta: ¿cuántas veces hemos obviado bendiciones de Dios y soluciones de Dios porque nos parecen poco convencionales o porque estas nos sacarían de nuestra zona de falsa cómodidad o seguridad? Muchas veces las sálidas que nos da Dios pueden parecer tan ilógicas en nuestra mente como un mar abierto... ¿Qué hubiese pasado si los israelitas no hubiesen cruzado el mar por temor a que las aguas volvieran a su nivel y los ahogaran justo cuando pasaran? Si eso hubiese pasado, de seguro los egipcios y el faraón los hubiesen alcanzado, porque habría una sálida, solo una sálida que estaría siendo obviada por su falta de visión y fe en Dios. No pierdas por tu miedo y temor la sálida, solución a tu situación que Dios te ha dado. Si te dice que cruces tu mar, si te dice que ese mar debes cruzarlo para salir al otro lado, es porque El se encargará de que llegues ileso(a) al otro extremo. Nunca dejes que el temor te paralice cuando es necesario caminar hacia la dirección que El te propone aunque esta suponga un abandono total de lo que sea lo usual para ti... El que se aferra al miedo, se encadena al estancamiento... Hay libertad y seguridad en Cristo cuando nos aferramos mejor a El. Me pregunto, ¿si no dejarás que el miedo te dominara, que harías? Se valiente en El.

"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas." (Josúe 1:9)

Ante las incertidumbres...


Ante las incertidumbres de la vida ten la certeza de que cuentas con un Dios que no es ambivalente...

No importando lo obstáculos sino la meta



No importa cuantos obstáculos, oposiciones o adversidades puedan presentarse delante de tí cuando Dios ya te ha dado una palabra y tienes convicción en tu ser, cada uno de esos obstáculos, oposiciones y adversidades en su momento serán remo
vidos de la propia mano de Dios para El glorificarse.

No hay victoria si no hay una lucha y no hay galardón si no se esfuerza uno por el mismo. Esta carrera se corre a diario por fe y quienes no corren en la ruta correcta por temor a los obstáculos nunca podrán cruzar la meta deseada y de cruzar la meta es que se trata. Y esto solo se logra por medio de Jesús que es el único camino correcto y perseverando en fe hasta el fin. 

"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas." (Josúe 1:9)

"No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." (Filipenses 3:12-14)

No olvides quien cuida de tí...


Muchas veces no vemos realmente quien tiene Sus ojos puestos en nosotros. Obviamos, en muchas ocasiones la grandeza y poderío, la magnitud impresionante de Quien gobierna nuestra vida. Pensamos que cuando las circunstancias de la vida son difíciles El se ha olvidado de nosotros, la realidad es que el silencio de Dios significa solo una cosa, a pesar del caos "aparente" que pareciese rodearte El está y sigue con una mirada amplia y total, sabiendo que TODO está bajo Su control y que TODO obrará para el bien de tu vida. Olvidamos que El realmente es el Gigante de los gigantes y que El no tiene poder sino que El es poder. Y si lo tenemos a El de nuestro lado entonces,

"¿por qué te abates alma mia? Y te turbas dentro de mí?
 Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío."(Salmos 42:5)



Espera en Dios, espera en el León de la tribu de Judá. Sus ojos están puestos en tí y no dejará que sucumbas nunca pues guardará tu pie de tropiezo. Atentos a la voz de nuestro Dios porque El siempre nos habla, nos toca a nosotros escucharle. Hoy.

"El Señor dice:
«Mis ojos están puestos en ti.Yo te daré instrucciones,te daré consejos,te enseñaré el camino que debes seguir."
(Salmos 32:8)

Hay palabras...



Hay palabras que pueden ser tan fuertes,
tan perturbantes que como brazos dominantes,
desean halarte hacia el suelo,
derribando tu esencia, trayendo desconsuelo, 

tratando de aniquilar tus metas y sueños.


Hay palabras que dejan cicatrices internas

que solo pueden ser sanadas de la mano de Dios...con el transcurso del tiempo.


Hay palabras que solo salen de la boca 

de aquél que quiere demolerte, que desea postrado verteante su inmericordioso ego.

Hay palabras que tan solo nos hacen sentir
 más empobrecidos y pequeños.
Hay palabras que deben ser censurada
s
antes de hablarse en destiempo.
--Nunca permitas que las palabras que vienen cargadas con negatividad te hagan sucumbir, nunca le des poder a esas palabras pues las palabras de verdad son las de Dios y estas edifican no te lanzarán nunca al suelo para humillarte y herirte. Nutre tu espíritu de la verdad en la Biblia y la sombra pesada que desea dejar la negatividad tendrá que huir con la luz de Dios.--





lunes, 14 de mayo de 2012

¿Es realmente imposible?



Tú dices:
  -¡Imposible!... ¡Difícil!... ¡No podrá ser!... 
Dios te responde:

 
-"Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios." (Marcos 10:27)

 
-"He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí? (Jeremías 32:27) 
Todo parece sin sálida pero es en ese momento donde debemos acudir a Quien todo lo puede hacer. Y es solo entonces que tus imposibles serán posibles en El.

Para tí mamá:


En Sus manos están mis tiempos...




Muchos caminan mirando hacia atrás pensando en lo que pudo ser o perdieron, y otros van mirando demasiado hacia el futuro prediciendo lo que aún no ha sido en su mente. El denominador común de estas personas es que no viven su presente, y se olvidan de quien conoce pasado, presente y futuro que es Cristo. Es a El que deben reconocer como dueño de sus vidas y de sus tiempos confiando solo en El tod
o aspecto de sus vidas. Es que debemos declarar como decía el salmista:


"Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos;Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores." (Salmos 31:14-15)



Si aceptas a Jesús en tu corazón estará tu nombre de seguro grabado en las manos de Dios; y en estas estarás siempre protegido(a), libertado(a) y sobretodo amado(a).


El nunca se olvidará de tí pues te dice y recalca en Su palabra:


"Yo te llevo grabada en mis manos, siempre tengo presentes tus murallas." (Isaías 49:16)



#EnElHuecoDeSusManosEstamos

viernes, 4 de mayo de 2012

Siendo fuerte en El



Es duro ser fuerte cuando sabemos que la realidad es que somos seres débiles pero no importando cuales sean nuestras debilidades podemos en algo regocijarnos y es que Dios conoce hasta cuanto podemos resistir dentro de las pruebas, dentro de las situaciones y dentro de todo lo que nos pudiese rodear que pareciese debilitarnos. No podemos claudicar en los intentos, debemos seguir perseverando sin rendirnos. Tal vez podamos desfallecer en la marcha, agobiarnos, en ciertos momentos rebelarnos y hasta en nuestra humanidad pudiesemos sentir que de nada valen los intentos pero Dios conoce en el momento indicado que esos intentos darán frutos, mientras tanto debemos no dejar de luchar, no podemos dejar de tocar con fe las puertas de Dios clamando por fortaleza en esas áreas en donde nos sentimos débiles. No podemos soltar los guantes cuando estamos en medio de una batalla, si estamos pasando por situaciones en que necesitamos urgentemente esa fortaleza de Dios debemos clamar más persistentemente a El creyendo por fe que El es fiel y nos ayudará a llegar al otro lado ilesos. El conoce lo que necesitas pero para recibir lo que te hace falta tienes que pedir.

#NoDejemosDeO
rar

¡Huyendo!


Hay momentos que deseamos huir, huir de las situaciones, de las circunstancias y de los dilemas que nos trae cada día. La realidad es que aunque sabemos que debemos enfrentar las cosas siempre surge ese deseo en nuestra humanidad de escapar
nos, de instantáneamente desaparecernos del mapa como si así de esa forma todo el restante de las cosas se esfumaran y sabemos que jamás es así. La vida no se trata de ir tras las sálidas de emergencia, la vida se trata de correr siempre en el camino correcto que es la única entrada a la vida eterna y este camino se llama: Jesús. Si son tantas tus situaciones no huyas de ellas sino que corre a los brazos de quien realmente puede lidear con cada una de ellas porque no hay otro camino que pueda conducirte a un fin de bien que no sea el de El. Y si acaso sigues persistiendo en huir, huye de todo lo que pueda separarte de El.

Jesucristo nos mira con otros ojos



¿Qué vio en esos ojos? ¿Qué pudo conmoverlo a mirarla y no ignorarla? 
Ahí estaba esta mujer lanzada en el peor lugar; en el lugar más bajo de todos: en el suelo. 

Un cerco de acusadores señalaban todos hacia su dirección. Esperaban con ansias el poder tomar la determinación aplicable por la ley de Moisés: apedrearla hasta verla muerta. Querían poner todo el peso de su justicia “intachable” sobre la cabeza de esta mujer, de esta persona, de cualquier persona que parecía menos justa delante de los ojos de ellos.


Pero, ¿qué fue lo que vio Jesús en ella? ¿Por qué no pudo obviar su presencia y pudo hablarle? Pareciese que en el estado que ella estaba lo menos que se podía hacer dentro de los parámetros de esa sociedad era hablarle. El calculado y medido valor de esta mujer en base a los criterios de ese sector de Fariseos y escribas era uno nulo, ninguno, nada, no valía nada en ese momento… Tan es así que apedrearla era algo que le hubiese provocado un despertar de satisfacción personal.

Pero Él no lo hizo. No pudo negarse a sí mismo.

“Si fuéremos infieles, él permanece fiel;
El no puede negarse a sí mismo.”
(2 Timoteo 2:13) (RVR 1960)

Hay algo de este clase de comportamiento que nos deja anonadados, es la clase de respuesta que no esperaríamos de un Dios que pensamos debe ser justo. ¿Practicó injusticia al simplemente extender Su misericordia a esta mujer? Diría que de ninguna manera dejó de ser justo, dentro de Su justicia está también la misericordia.
Él deja claramente expresado en Su palabra:

“Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.”
(Romanos 9:15) (RVR 1960)

¡Oh, cuánta bondad en esas palabras! Jesús sabía a quién aplicarle la misericordia y por quien compadecerse. Pudiese haber sacado en el momento que le trajeron a esta mujer la balanza de la justicia más severa y punitiva, siendo Él Dios, pero Él decidió tener misericordia de quien quiso tener misericordia. En ese momento le tocaba a esa mujer, a esa que otros querían asesinar, a esa que aquellos Fariseos no encontraban digna ni de dirigirle una palabra. Esa mujer fue digna de la mirada de Jesús,

“Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”
(Juan 8:10-11) (RVR 1960)

No viendo a nadie sino a la mujer…

Pudiesen alegarme: es que todos soltaron las piedras y se fueron con la respuesta dada por Jesús de “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. La realidad es que Jesús pudo mirar a los Fariseos y escribas también más sin embargo, Él se inclinó a escribir al suelo.

“Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Más esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.”
(Juan 8:3-6)

Jesús inclinado hacia el suelo…

Obviaba Él con este acto las miradas acusatorias de los Fariseos y escribas. Encerrado en ese acto hay un misterio, misterio porque no sabemos que escribió en el suelo, pero también vemos una gran revelación. Jesús se inclinó hacia donde estaba la mujer en el suelo, se inclinó hacia donde ella estaba. Vemos que ella dentro de la escala de valorización de esos Fariseos y escribas estaba en el nivel más bajo pero la escala de valor de Jesús era completamente distinta a la de ellos. Él con actos demostró no tan solo misericordia sino que se bajó de Su sitial hasta llegar a donde ella. Esto se repite nuevamente en la Cruz del Calvario cuando Él se humilló en lo sumo (Filipenses 2:8) para que nosotros fuésemos luego de aceptar Su entrega y el regalo de salvación resucitados con El y justificados por medio de Él. Un acto de gracia arropaba este acto, un acto que ha sido recordado por futuras generaciones y a la vez olvidado.

¡Cuántas veces miramos con los ojos de Fariseos y escribas! ¡Cuántas veces en vez de inclinarnos como hizo Jesús hacia el necesitado nos paramos en el pedestal del orgullo con piedra en mano para apedrear a todo el que no esté alineado a nuestra escala máxima de justicia “intachable”! ¡Cuántas veces dejamos de mirar a las personas como las miraría Jesús! ¡Cuánta falta de misericordia y compasión!

Caminamos por las calles y tal vez miramos a aquél drogadicto con desdén, a aquella prostituta con juicio, a aquél deambulante con enajenación. Hacemos acepción de personas de a quienes les compartiremos el Evangelio. No le hacemos justicia al Evangelio cuando pretendemos tal como hicieron los Fariseos y escribas justificar la acepción, discriminación y falta de misericordia por esas almas. ¡Oh cuantas piedras deberíamos soltar de nuestras manos! ¡Cuántas piedras de juicio deberíamos soltar para poder hacer la real encomienda tal como quiere Jesús!

“pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores.”
(Santiago 2:9) (RVR 1960)

No nos condenemos a nosotros mismos por faltar a la ley, teniendo falta de misericordia para con el prójimo que la necesita. Si Jesús mismo se inclinó y puso Su mirada de gracia, amor y misericordia en esa mujer, ¿por qué nosotros no podemos repetir la gesta con nuestro prójimo?, ¿por qué nos cuesta en acciones representar como reales Embajadores de la palabra a Cristo? No es solamente conocer la palabra sino vivirla, sino respirarla, sino alimentarnos de ella, y a su vez compartir la misma con todos, con todos sin que quede alguno sin conocer el regalo más valioso que nos ofrece Jesús.

Es que Jesucristo miró con otros ojos...

Nos miró con ojos de amor.
Nos miró con ojos de misericordia.
Nos miró con ojos de compasión.
Nos miró con ojos de ternura.
Nos miró pudiendo ignorarnos.
Nos miró pudiendo obviarnos.
Nos miró pudiendo condenarnos.
No nos condenó sino que nos regaló Su gracia
para que libremente pudiésemos caminar
sabiendo que ya no somos lo que éramos.
Ahora estamos cubiertos por la mirada del gran ROI,
que ve lo más escondido de nuestro corazón;
y por Su sangre fuimos restaurados, sanados,
libertados y somos justificados.

¿Con qué ojos miraremos ahora a otros?

Quiero mirar con los ojos de Él y poder decir como dijo Pedro:
“…En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas”
(Hechos 10:34)

Ahora, caminando por mi comunidad me he topado con los ojos de un drogadicto, veo muchas cosas en estos ojos y quiero mirarlo como lo miraría Jesús porque ahí hay un alma con hambruna de Cristo, y esa hambre debe ser saciada.

Compartamos el Evangelio con los que necesitan ser sanados internamente con el toque de los frutos del Espíritu Santo depositados en nosotros. Tenemos un regalo en nuestras manos, vamos a dar por gracia lo que por gracia hemos recibido. Vamos a compartir lo que conocemos de Jesús con amor. Te miro con los ojos de Jesús.

¡Cuánta misericordia puedo emanar si te miro con esos ojos!  

Pesca



Para pescar no puedes tener miedo de echar tus redes. Tal vez las haz echado un sin número de ocasiones y siempre ha sido un resultado infructuoso pero Dios quiere que las eches esta vez nuevamente con fe, porque es Jesús quien así te lo pi
de para que demuestres un acto total de perseverancia, entrega y confianza en El. En el pasado no resultó pero esta vez, esta vez es distinto, es cuestión de creer, creer en el poder de El, porque no será la tirada de la red, ni el alcance de esta será el poder de Dios obrando a tu favor por medio de esa fe que le agrada a El. Esa fe es la que se traducirá en una gran pesca. ¡Echa tus redes!

"Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios.Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía."

(Lucas 5:1-6)